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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#61
Shanise era incluso peor parlamentaria que Yui. Pero ni la evidente falta de perspectiva, tacto y compromiso de la mujer iban a detener a Hanabi.

Muy bien. Que así sea pues. Es una pena que no os vayáis a quedar para las fiestas de después del examen.

Y tampoco añadió nada más. Subieron escaleras, cruzaron pasillos, volvieron a subir escaleras y volvieron a cruzar pasillos, entre medias iban doblando esquinas sin que Hanabi decidiese darle más cancha. Hasta que llegaron a unas puertas dobles que tenían una luz roja encima. La luz se apagó tan pronto como ambos llegaron a ese pasillo.

Oh, no.

Era muy pronto para que se apagasen, con Datsue tardaron horas, si se habían apagado solo podía significar... Antes de encarar a Shanise, decidió acelerar el paso y asegurarse. La puerta se abrió apenas había empezado a andar Hanabi.

Hanabi-sama...

Ria-san, ¿cómo está la muchacha?

Era una mujer morena que iba con toda la indumentaria de médico, la bata blanca, la mascarilla en el cuello para ponersela de ser necesario y los guantes, que se estaba quitando allí mismo.

Sedada hasta las trancas, no creo que haya ningún... — paró ante las insistentes señas de Hanabi para que mirase a su acompañante. — Vaya, buenas, Shanise-sama. Aotsuki Ayame está perfectamente, tardará un tiempo en despertarse, calculo que medio día más o menos, pero físicamente está bien. El sellado fue rápido, lo cual ayudó bastante, y el sedante es especial para jinchurikis. Lo inventamos ante la posibilidad de que hubiese incidentes de este tipo. Si me da un momento, le daré una lista de medicamentos que no puede darle durante los próximos días.

Intentó pasar de largo para bajar a su despacho pero Hanabi se lo impidió.

Sobre eso, Ria-san, igual le he dado uno de tus sedantes a un shinobi de Amegakure, está en recepción, ¿puedes echarle un vistazo?

La mujer suspiró y se quitó el otro guante dedicandole una mala mirada a Hanabi, resignandose a contestarle delante de Shanise.

Por supuesto, Hanabi-sama. Ahora, si me disculpáis.

Se marchó por donde ellos habían venido tras hacerle una leve reverencia tanto a Hanabi como a Shanise.

La anestesista.

Aclaró Hanabi antes de intentar atravesar las puertas de nuevo, solo para ser detenidos por una camilla. La de Aotsuki Ayame. Conducida por un joven de menos de veinte años, llevaba el pelo extremadamente corto y tenía una cara perfectamente redonda. Vestía con una camiseta azul claro y unos pantalones negros. Paró en seco al ver a Hanabi y Shanise.

Uopsie, em, ¿Hanabi-sama, señor?

Oh, bien, Katsu. Supongo que llevabas a Ayame a su habitación. — ante el leve asentimiento del muchacho, siguió hablando. — Bien, bien, cancelalo todo. Quitale todos los cacharros y bolsitas de suero. Se va con Shanise-san de vuelta a Amegakure.

Como mande, señor.

Ayame vestía únicamente una bata de hospital, de esas de papel abiertas por detrás. Tras desconectarle todos los medicamentos y sueros y quitarle lo demás, la cogió en brazos y se la pasó a Shanise.

No, Katsu, así no. — el chico paró ipsofacto, su kage cogió la sabana de la camilla y se la echó por encima a la inconsciente Ayame. — Mucho mejor, eso es todo, Katsu, puedes irte.

Esperó a que se fuera para hablar.

¿Algo más que necesites, Shanise-san?
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#62
—Un pecado es un pecado, lo mires por donde lo mires. Unos serán más exonerables que otros, pero ni tú ni yo somos quienes para juzgar qué es lo que se merece nadie en este mundo. Somos ninjas y seguimos las ordenes que se nos imponen. Es la puta ley de la vida —dijo, ponzoñoso—. es más, si seguimos por esa jodida tangente, yo te puedo decir que Daruu tampoco se merece encontrarse en estas condiciones. Míralo, joder ¿no pensarás que él mismo se lo ha hecho, cierto?

Se acercó hasta él, el Amedama, y dobló las rodillas hasta tomarle el pulso.

—Pero es así. Ha sido una orden y él ha pagado el precio. ¿Crees que no la cumplirías si te la pidieran a ti?

Y que no se atreviera a mentirle, por el jodido Ame no Kami.
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#63
Kaido era un hueso duro de roer. Demasiado duro. No se ablandaba ante su labia. No se le encogía el corazón ante una tragedia. Pero tenía que intentarlo. Tenía que intentarlo…

No, no pienso que se lo hiciese él. Como tampoco creo que se lo mereciese —respondió, a lo de Daruu—. De haber estado presente, puedes estar por seguro que él no estaría así.

¿Seguro? Plantaría cara a Akame… ¿por segunda vez? ¿Después de lo que le había hecho? ¿Después de casi matarle? No lo sabía. Rezaba porque nunca tuviese que comprobarlo.

—Pero es así. Ha sido una orden y él ha pagado el precio. ¿Crees que no la cumplirías si te la pidieran a ti?

Datsue se agachó junto a él. Pegó su rostro al suyo. Y bajó la voz. Bajó la voz hasta convertirla en un simple murmullo de un río lejano.

Te voy a confesar algo, Kaido. Algo que muy poca gente sabe. Yo…

»Ya desobedecí la orden directa de un Uzukage una vez. Uzumaki Zoku, ¿te suena su nombre? Dices que nuestra ley de vida es obedecer —masculló con asco—, pero si fuese así, Kaido, si fuese así… aquel hijo de puta todavía tendría el sombrero de Kage. No… Yo soy más que eso. Y tú también.
[Imagen: ksQJqx9.png]

¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado



Grupo 0:
Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80

Grupo 1:
Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80

Grupo 2:
Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80

Grupo 5:
Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
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#64
Shanise, perpleja, asistió a un espectáculo que casi parecía un circo. Una broma de mal gusto. Era como si todo aquél paripé estuviese diseñado expresamente para sacarla de sus casillas y hacer que perdiese la paciencia.

Pero en parte le alivió ver a la muchacha sana y salva, como Hanabi se esforzó en prometer. Fue como un peso que le fue retirado de encima.

Alivio que volvió a sustituirse por una silenciosa ira en cuanto le entregaron a Ayame como si fuera un fardo de paja. Un saco.

Con ella en la mano, bufó:

Una habitación de hospital donde esté cómoda cuando despierte, una silla para sentarme a su lado y no despegarme. Y una orden para que tus ninjas no toquen a los míos de aquí hasta que volvamos al barco, esta misma noche. Ah, y... Su ropa, por favor.

»A cambio, yo haré lo propio con los míos. Los mantendremos separados para que no interactúen en absoluto. No quiero más sorpresas, y me temo que le han cogido el gusto a meterse en problemas.

Había un cabo suelto, no obstante. Inoue Keisuke, del que Shanise se había, al parecer, olvidado por completo, debido a aquél caos.

Pónganle una habitación a Amedama. Ciérrenla con llave y yo asignaré un par de guardias. No volverá a molestarles.

»Y por favor, mantén a los Uchihas lo más lejos de este hospital que puedas. Puede que tus palabras sean bienintencionadas, pero no me fío de ellos.
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#65
Datsue acabó por romper cualquier límite de seguridad y se acercó, cual serpiente, hasta Kaido. Sólo entonces le susurró en complicencia su último comodín. El as que tenía que funcionar, dado el riesgo que conllevaba la revelación de aquel funesto acontecimiento.

»Ya desobedecí la orden directa de un Uzukage una vez. Uzumaki Zoku, ¿te suena su nombre? Dices que nuestra ley de vida es obedecer, pero si fuese así, Kaido, si fuese así… aquel hijo de puta todavía tendría el sombrero de Kage. No… Yo soy más que eso —¿realmente lo era?—. Y tú también.

Kaido no contestó, al menos no inmediatamente. Tan sólo miró perplejo a los ojos de Datsue —era, quizás, la primera vez que lo hacía desde aquella ocasión en las Rocas ancestrales—. y mantuvo un agónico silencio mientras se retraía parsimoniosamente de él, y de su revelación.

Sus manos, también, sostuvieron la cabeza de Daruu y la acomodaron para que estuviera boca arriba. Había que detenerle ese sangrado constante.

Tras unos segundos que parecieron eternidad, Datsue lo vio. Vio el ademán de un Kaido menos férreo que hacía un par de segundos y que cuyos labios tenían toda la intención de contestar. Sin embargo, antes de que el gyojin pudiera decir nada; alguien les interrumpió...

Dejando así la duda mortal de si su poder de convencimiento había hecho mella en él. De si había logrado con ello salvar la vida de Inoue Keisuke.
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#66
En el exterior del hospital, la cosa parecia menos tensa y mas calmada. Si, habia una puta araña enorme parlanchina y maleducada. Vale, y un tio que se convertia en perro. ¿O era al reves? Pero nada de eso superaba al tio azul de amegakure que había dejado atras en estado.

Datsue había entrado en el hospital para que le miraran el hombro, y seguramente, para comprobar el estado de Akame, que le había wstado preocupando durante todo el camino. Ni siquiera hice ademan de seguirlo, no era, ni por asomo, buena idea dejar a Eri y Nabi solos ante tanta gente de Kusagakure.

Que si, era cierto, la cosa ya se había calmado, y el que parecia su lider les habia instado a bajar las armas y calmarse. Pero, como todo, la vida daba vueltas inseperadas y en segundo, toda aqulla paz podia volverse una voragine se sangre.

Me atreví, por fin, a preguntar que narices había pasado.

Ahora que esta todo mas calmado... ¿Alguien seria tan amable de explicarme como hemos llegado hasta este punto y por que? Yo he aparecido en el momento en el que todos peleabais contra Datsue y Nabi, todo lo anterior es una pagina en blanco para mí, pero no me ha dado tiempo a preguntar antes...
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#67
La cara de Hanabi fue un poema. Definitivamente, entender a los amejin estaba fuera de sus capacidades.

Acabas de decirme que querías irte en cuanto pudieras, llevarte a Ayame con tus especialistas e irte cagando leches. — se paró a sí mismo, recuperando las formas — Pero, está bien, sin problemas. Katsu.

El chico apareció de detrás de las puertas dobles como si hubiera estado ahí todo el rato.

¿De vuelta a la habitación, señor?

Por favor.

Volvió a dejar a la muchacha en la camilla y Katsu se marchó, no sin antes decir que estaría en la 101. Hanabi no andó.

Una última cosa, Shanise-san, Akame y Datsue, a quien supongo que te refieres con lo de "Uchihas", están ambos heridos por culpa de shinobis tuyos. Esos shinobis tuyos que hirieron a los "Uchihas" ambos han salvado el pescuezo gracias a mis "Uchihas", así que estarán donde les puedan curar. Procura tú que tus ninjas no interfieran con las labores del hospital. Si necesitas algo más, estoy seguro que el personal del hospital se podrá hacer cargo.

Dicho eso, echaría andar al piso de abajo, suponiendo que Shanise iría tras Katsu y Ayame.

...

Una mujer morena fue la primera en irrumpir en la sala de recepción, para ver a una cosa azul sosteniendole la cabeza a un chico inconsciente, que supuso que era el sedado, y a Uchiha Datsue, a quien sería capaz de reconocer a leguas. El chico inconsciente tenía casi todo el pecho lleno de sangre que le salía de la nariz y no se detenía.

La médica no pudo más que suspirar.

Uchiha Datsue, haz el favor de llevarte a tu amigo de aquí y dejar de dar por culo en el hospital si no estas moribundo.

Apartó al amejin sin sutileza ninguna.

Con permiso.

Agarró a Daruu de la muñeca y miró en su reloj la hora, lo cual era un poco raro.

Pulso normal, incluso acelerado, bien. Alguien ha debido estresarle antes de sedarlo.

Echó un vistazo a los dos genins que la acompañaban.

¿Me haces el favor de coger a tu compañero y seguirme?

La kunoichi estaba inusualmente tranquila, como si esas cosas pasasen de normal en ese hospital. Se dirigía a Kaido, que era el que parecía estar sano, Datsue no estaba precisamente sano, como siempre.
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#68
kaido asintió sin reparo alguno y levantó a Daruu tras la petición de la médica. Se lo echaría al hombro poco después y la seguiría hasta donde ella decidiera ir, no sin antes arrojarle una mirada solemne a Datsue.
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#69
Arg, joder, duele —masculló Uchiha Akame mientras un enfermero le daba las últimas puntadas de hilo en la costura que le recorría, ahora, medio costado izquierdo. Habían tenido que darle un buen número de puntos de sutura debido al feo corte que Daruu le había hecho con su ataque sorpresa. «Soy un jodido inútil, ¿¡cómo no se me ocurrió registrarle para comprobar que no llevaba armas ocultas!?», se martirizaba el jōnin, que acostumbraba a ser autoexigente hasta límites enfermizos.

Sin embargo, sentía cierto alivio de poder estar pensando en detalles como aquel. Después de que Hanabi "matase" a Daruu con veneno, Akame había descubierto que el amejin estaba en realidad sedado, y que todo había sido parte del plan de su Uzukage para preservar al Remolino de un conflicto directo con la Lluvia. Luego, la mandíbula casi se le había descolgado al ver aparecer por allí a Shanise, la mano derecha de Amekoro Yui, como Pedro por su casa; y, aun así, habían sido afortunados de que los acontecimientos se desarrollasen de esa forma. Lo último que había visto había sido a Hanabi y Shanise perdiéndose tras la esquina de las escaleras que conducían a Cuidados Intensivos, pero eso ya era más esperanzador que tener que salir fuera y empezar a cazar amejin.

El enfermero remató los puntos y luego le colocó una venda blanca como la nieve, asegurando que tendría que cambiársela cada dos días como mínimo. Akame asintió, ahogando un bufido de dolor al incorporarse, y agradeció secamente la atención recibida. Todo cuanto quería en aquel momento era volver a la recepción, colocarse el comunicador en la oreja y...

¡Datsue! ¡Datsue!

Nada más salir de la sala de curas, el joven jōnin se encontró con su Hermano en la recepción. Estaba herido en un brazo —según recordaba Akame, aquello había sido parte del combate, antes de que todo se volviese caótico— pero por lo demás parecía gozar de buena salud. Él, por su parte, andaba a paso lento y tenía una mano sobre las vendas que cubrían su torso, ahora apenas cubierto por una camisa blanca que se abría a la altura del pecho.

¿Qué cojones ha pasado en el Estadio? —se apresuró a preguntar—. Hanabi-sama me ha dicho que esa perra de Amegak... —de repente su mirada captó una figura mayormente azul, y se mordió la lengua—. Ejem, que la lugarteniente de Amegakure intentó asesinar a uno de los nuestros. ¿Eras tú?
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Mangekyō utilizado por última vez: Flama, Verano de 220

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#70
Silencio. Simplemente silencio. Datsue era bueno captando mentiras, especialmente cuando tenía su Sharingan activado, como era el caso. Pero, cuando su interlocutor no abría ni la boca, era complicado, como poco, saber en lo que estaba pensando.

Entonces los labios azulados del Tiburón se movieron. Formaron una sílaba y…

Uchiha Datsue, haz el favor de llevarte a tu amigo de aquí y dejar de dar por culo en el hospital si no estas moribundo.

«A mi… ¿amigo? ¿Se refiere a Kaido?» Teniendo en cuenta que eran los únicos en la recepción, no podía ser otro. Se irguió junto a él, dejando espacio a la doctora para tratar a Daruu. Tras tomarle el pulso, pidió a Kaido que lo cargase y le siguiese.

El Uchiha le lanzó una mirada acuciante; él, una solemne.

¡Datsue! ¡Datsue! —Una voz que reconoció al instante le taladró el oído.

¡Ya era hora, malparido! —replicó, llevándose un dedo al botón del comunicador.

Akame apareció justo después, con una gruesa venta que le cubría el torso y un caminar que denotaba la gravedad de la herida. «¿El Bijuu?», pensó Datsue.

Fue a mí, sí —afirmó—. Si Hanabi no se hubiese puesto en medio, quizá ahora estaría sin la cabeza sobre los hombros. ¿Qué coño pasó, tío? Los de Kusa se volvieron locos. Empezaron a atacarme sin venir a cuento, y luego, cuando volvió Eri, se dirigieron hacia el hospital para atacarlo o qué mierdas sé yo. Menos mal que estaba Nabi para frenarles y ganar tiempo.
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#71
No obstante, Shanise acompañó a Hanabi unos metros. Entonces, formuló un sello y formó un Kage Bunshin, que continuaría con el hasta el piso inferior. La original acompañaba ahora a Katsu y Ayame. Y no se separaría de ella.

Cumpliré con mi parte. Espero que tus "Uchihas", a los que me refiero como "Uchihas" cumplan también tu parte.

No somos tan indisciplinados como crees, Shanise-san. ¿Se puede decir lo mismo de vosotros?

«Vaya, a este hombrecillo le ha dado ahora por sacar sus huevos a reflotar. Muy bien, rubito, disfruta de la superioridad estratégica mientras te dure. Hijo de puta.»


· · ·


Hanabi y Shanise aparecieron al fondo del pasillo de recepción, bajando las escaleras. En cuanto la mujer vio a los Uchiha, su rostro cambió: entrecerró los ojos, volvió a apretar los puños y se irguió como un resorte. Una extraña fuerza inundó entonces el lugar. A todos los presentes, menos a Hanabi, les tembló el pulso. Había algo en esa mujer que les daba algo de miedo.

Como si nada allí hubiera sucedido, la lider amejin pasó por delante de todos los presentes con presteza.

Kaido, lleva a Daruu a su habitación y no te salgas del hospital hasta que vuelvan mis dos guardias. Entonces, les dices el número de su habitación y vuelves inmediatamente al barco —dijo al Tiburón, en un susurro quedo, tapándose la boca para que nadie pudiera leerle los labios.

Akame, Datsue. En cuanto os hayan tratado las heridas, saldréis del hospital y vendréis a mi edificio. Os quedaréis haciendo guardia en la puerta, y no os moveréis de ahí. Bajo ningún concepto. ¿Queda claro? —ordenó Hanabi, dedicando una larga mirada a cada uno de los Uchiha. Sobretodo a Datsue. Especialmente a Datsue—. Los de Amegakure partirán esta noche. Y luego, tendremos un largo tiempo para pensar sobre lo ocurrido hoy. Y para prepararnos para lo peor, visto lo visto.

Shanise cruzó la puerta del hospital con semblante indignado, chocando prácticamente el hombro con Yubiwa.

Wo-oooow. Vale, vale. Veo que habéis aclarado el... malentendido —dijo.

No ha habido ningún malentendido, Yubiwa. Akame-kun trajo a Aotsuki Ayame para que recibiera tratamiento urgente. ¿Tú también eres un paranoico o qué?

¿Yoooo? Para nada, ¡para nada, Hanabi-dono! Sólo soy un humilde sirviente de la Hierba. —El de las exóticas cejas hizo una reverencia—. Pero la situación era... tensa. Si llegase a pasar algo, alguien tendría que mediar, ¿no?

Hanabi entrecerró los ojos.

¿Habéis perdido todos la cabeza? ¡Que no ha pasado nada!

Sin duda, Hanabi-dono, no me considera usted lo suficientemente ingenuo como para hacerme creer dicha... afirmación —respondió el de Kusagakure, levantando la cabeza y observando a Akame fijamente con aquellos ojos en forma de anillo.

Hanabi apretó los puños y tembló. Estaban jugando con su paciencia. Mucho.

Yubiwa se reincorporó y se dio la vuelta.

Bueno, chicos. Hora de volver a casa. ¡Ya no se nos requiere aquí! —rio Yubiwa, y echó a caminar, dándole una palmadita en el hombro a cada uno de sus ninjas.

Cuando tanto Shanise como Yubiwa hubieron desaparecido del mapa, y los Uchiha estuvieran listos para partir con él, Hanabi les haria una seña y comenzaría a caminar a buen ritmo hacia su cuartel.

Esto que ha ocurrido aquí no ha sido algo puntual —dijo, y suspiró—. Desde lo de Zoku, todo el mundo se ha vuelto loco. Lo que me parece increíble es que seamos los únicos cuerdos en el panorama geopolítico de Oonindo. Ahora que, tampoco me extraña. —Agarró a los dos Uchiha y los atrajo hacia él como si fueran sus compadres—. Incluso cuando Shiona estaba al mando, habían problemas continuos. Yui es una psicópata, y Kenzou un hijo de puta manipulador. Shiona era amiga desde la infancia de Yui, y eso hacía que ella aflojara el puño. Y era buena con las negociaciones e implacable con los espías extranjeros: no dejaba que Kenzou se pasara de la raya. Ahora que no está, y después de que Zoku destrozase lo poco que le quedaba a Amegakure y a Kusagakure de paciencia en las venas... ahora es cuando veo que la Estabilidad de Shiona acaba de romperse.

»No obstante, eso no significa que debamos ceder ante provocaciones. Vosotros no conocéis la guerra, compañeros. Quizás os haga falta conocerla para ser tan cautos como vuestros mayores, es cierto, pero tampoco pienso dejar que paséis por eso. Confiad en mí y sed muy, muy cautos.

¿Pero hasta donde podrían ser cautos? ¿Cuándo estallaría un conflicto mundial? Quizás era sólo cuestión de tiempo, o quizá... Quizá todavía había esperanza.


La parte masterizada de la saga, en cierta forma, ha terminado. Sin embargo, dejamos este post abierto a rol libre para lo siguiente:

— Ayame despertará y hablará con Shanise.

— Los Hermanos del Desierto quedarán en un puesto de vigilancia delante del Edificio del Uzukage hasta que los ninjas extranjeros se retiren. Podrán rolear hablando entre ellos todo lo que necesiten y lo que deseen.

— Los ninjas de Amegakure que queden tendrán que dirijirse al barco. Pueden rolear que lo hacen. Kaido y Keisuke pueden seguir roleando en el estadio, pero en cualquier caso lo que ocurre allí ocurre al mismo tiempo que las últimas conversaciones en la recepción, de modo que cuenta como que ya ha pasado. Veremos que ocurre por estos derroteros. Pero tarde o temprano, serán interrumpidos por NPCs, así que más vale que se den algo de prisa.

— Los ninjas de Kusagakure que queden tendrán que dirijirse al barco. Pueden rolear que lo hacen y conversan por el camino.

— Daruu despertará en unas horas y será escoltado por dos ANBU de Amegakure al barco. Puede rolear cómo se dirige al barco sin entrar al trapo de nada, después de que todo el mundo se haya ido.

Todo esto ocurrirá de aquí al lunes y en este mismo post (como dije, rol libre), que será el final oficial de la saga y donde ocurrirá el salto temporal ya anunciado. Publicaremos una nueva ambientación para esta nueva situación geopolítica.

Gracias a todos por participar. La experiencia será repartida al finalizar la saga de forma global. Espero que hayáis disfrutado este viaje tanto como nosotros.
[Imagen: MsR3sea.png]

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#72
Su conciencia iba a y venía como las olas del mar. Con cada vuelta, un nuevo latigazo de dolor sacudía todo su cuerpo, arrancándole un pedazo de sueño tratando de despertarla. No sabía cuánto tiempo había pasado así, pero ella quería seguir durmiendo y estaba poniendo un verdadero esfuerzo en ello. Allí no había dolor, sólo había calma, no estaban las voces que taladraban su cerebro cada vez que regresaba momentáneamente a la superficie, ni siquiera tenía sueños... Deseaba seguir tranquila, en paz, deseaba seguir durmiendo porque una parte de ella sabía muy bien lo que vendría cuando tuviera que enfrentarse al mundo real.

Sin embargo, el reino de los sueños no era como el reino de los muertos: El primero era un préstamo, siempre debías retornar.

Y con el retorno, llegaron las consecuencias. Lo primero que sintió fue un dolor atroz. Cada fibra de su ser se retorció momentáneamente y el pulso de dolor continuó como si la hubieran estado golpeando repetidas veces con un martillo. Creyó ver la estrellas. Ayame gimoteó débilmente y un par de lágrimas se deslizaron por sus mejillas cuando entreabrió los ojos. Lo primero que pensó fue, por estúpido que pareciera, que no escuchaba la lluvia. Y entonces recordó que estaba lejos, muy lejos de casa. En Uzushiogakure. Y al redoble de dolor de su cuerpo le acompañó entonces el redoble mental.

Lo último que recordaba era estar combatiendo en el Estadio de Celebraciones por la tercera prueba del examen de Chūnin. Le había tocado Uchiha Datsue como oponente y él la había empujado al límite. Y entonces... entonces...

Ayame sollozó en silencio, y un nuevo latigazo sacudió su espalda. Lo había hecho. Pese a todas las veces que se había prometido que no se volvería a repetir, había vuelto a perder el control del bijū. Se había revelado como la jinchūriki de Amegakure. Lo había echado todo a perder. Conseguir el chaleco de Chūnin acababa de convertirse en la menor de sus preocupaciones.

Era posible que se hubiera convertido en una genocida sin siquiera darse cuenta de ello...

Sintió un leve movimiento junto a ella, y cuando se atrevió a abrir los ojos se le congeló la sangre en las venas. Shanise estaba con ella. Shanise, la mano derecha de la Arashikage. Shanise, la mujer a la que había acompañado en aquella misión tan importante casi un año atrás. Shanise... a la que había terminado admirando casi como a una hermana mayor.

La misma Shanise... a la que acababa de decepcionar terriblemente.

—Sha...nise... senpai... —murmuró con voz rota y ojos inundados.

Intentó moverse para reincorporarse, pero se vio obligada a detenerse cuando su cuerpo estalló en protestas de dolor. Eso, sumado a las múltiples vendas que recubrían su cuerpo y que la oprimían hasta el punto de dificultarle la simple tarea de respirar.
[Imagen: kQqd7V9.png]
Sprite por Karvistico.


—Habitación de Ayame: Link

No respondo dudas por MP.
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#73
Después de todo lo ocurrido —Akame tenía la sensación de que habían pasado semanas, en lugar de tan sólo unas horas—, el Uchiha sintió un extraño confort cuando su Uzukage le pasó la mano por encima del hombro con gesto paternal. Hanabi y los Hermanos del Desierto nunca habían tenido la mejor de las relaciones; ellos dos no dejaban de ser, al fin y al cabo, las armas que Uzumaki Zoku había creado para hacer llover fuego y muerte sobre todo Oonindo. Y el Sarutobi no dejaba de ser un jōnin de alto nivel que había ascendido al poder después de que todos sus rivales acabaran matándose entre sí.

Sin embargo, mientras caminaba en dirección al Edificio del Uzukage con Datsue al lado, dejando ya atrás el hospital, Akame tuvo la sensación de que lo que Hanabi había hecho era digno de un hombre muy sabio. De que realmente amaba a Uzushiogakure y a todos sus habitantes. Incluso aunque entre ellos había habido —o tal vez seguiría habiendo— traidores, conspiradores, gente que le despreciaba. Incluso aunque algunos de sus propios ninjas habían sacado los pies del plato a veces.

«Y no sólo Hanabi-sama...»

Al final, cuando las cosas se habían puesto serias de verdad, cuando el futuro de la Villa había dependido de un hilo... Todos los ninjas del Remolino habían dado un paso adelante. Nabi, Eri, Datsue, él mismo, aquel genin de la Uchigatana al que Akame no conocía, y muchos otros. Todos se habían defendido mutuamente, todos habían cubierto la espalda del compañero que estaba al lado. Todos habían demostrado que, por encima de intereses personales, para ellos lo más importante seguía siendo, y siempre había sido, la Villa Oculta entre los Remolinos. Eran un equipo.

Y eso le hizo sentir extrañamente feliz, como nunca antes.




Akame dejó escapar un suspiro de alivio cuando por fin pudo apoyar, durante un momento, la espalda sobre la pared de la entrada del Edificio. Llevaban un rato andando y la herida le molestaba soberanamente, incluso hasta el punto de temer que se le hubieran soltado los puntos.

Por las tetas de Amaterasu... —dejó escapar, mirando de soslayo a Datsue—. Menudo día, ¿eh, compadre?
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#74
Pero su conversación con Akame se vio interrumpida por una nueva aparición. Era Hanabi, y, junto a él, Shanise. Sus miradas se intercambiaron por un breve instante, y Datsue sintió una indescriptible sensación. Era como si estuviese mirando a un león con la vista clavada en el cuello de él. O a una serpiente venenosa a la que acababa de pisar sin querer y se revolvía contra su tobillo.

Ese tipo de sensación.

Tras hablar algo con Kaido, la mujer se fue sin decir palabra. Una pequeña disculpa por casi rebanarle el cuello no habría estado mal. Pero eso, suponía Datsue, era demasiado pedir para el orgullo amejin.

La tensión se mantuvo en lo alto por un rato más, mientras Uzukage y Yubiwa discutían sobre lo que realmente había pasado. Cada uno tenía su punto de vista, como cada uno era de su padre y de su madre. Cuando todo terminó, el Uchiha se permitió el lujo de desactivar el Sharingan. La tormenta había amainado. El tiempo diría si de verdad o era una calma que precedía a otra mucho mayor.


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Tras limpiar sus heridas y que le hiciesen un vendaje en condiciones, los Hermanos del Desierto caminaron junto a su Uzukage. El Uchiha disfrutó de aquella conversación. Por una vez, no le estaba echando la bronca. Aunque era una sensación agridulce. Tras haberse puesto al día, no conseguía quitarse de la cabeza que, si los de Kusa no hubiesen avisado a Ame y se hubiesen largado en el barco, él hubiese tenido una oportunidad de oro.

La oportunidad de sugerir a Hanabi de hacer un trueque. Un intercambio de rehenes. Pero esa oportunidad había desaparecido en cuanto los brócolis se pusieron en medio.

Cautela. Hanabi les pedía ser cautos. Aquello iba en contra de lo que Datsue necesitaba hacer. De lo que debía hacer. Pero, al mismo tiempo, se preguntó: ¿merecía la pena? ¿Provocaría una guerra por culpa de solo una persona? ¿La muerte de millares por una? Era, quizá, ¿el momento de madurar? ¿De asumir que así era la vida? O, por el contrario, ¿de coger el toro por los cuernos de una vez y actuar? ¿Actuar de verdad?

Suspiró. Tomase la decisión que tomase, tenía que darse prisa. El Sello de Rastreo no iba a durar eternamente.


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El Uchiha imitó a su Hermano, apoyando la espalda y un pie sobre la pared del Edificio del Uzukage. Estaba muerto. Física y mentalmente. Como si hubiese corrido un auténtico maratón de una punta a otra de Oonindo mientras no paraban de lanzarle jutsus mortales.

Por las tetas de Amaterasu... —dejó escapar, mirando de soslayo a Datsue—. Menudo día, ¿eh, compadre?

Un día que esperaba no volver a sufrir en la vida.

Necesito un cigarro.
[Imagen: ksQJqx9.png]

¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado



Grupo 0:
Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80

Grupo 1:
Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80

Grupo 2:
Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80

Grupo 5:
Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
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#75
Akame sacó la cajetilla de tabaco que siempre guardaba en su chaleco militar y la abrió con el pulgar. Chasqueó la lengua al ver que le quedaban sólo dos cigarrillos, pero aun así los sacó y le tendió uno a su compadre. Luego, arrugó la cajita de cartón y se la guardó en un bolsillo, mientras con la otra mano sacaba un mechero plateado. Parecía una coreografía sumamente ensayada y repetida mil veces. Después de arrimarse la tenue llama del zippo a su propio tabaco, el mayor de los Hermanos del Desierto le ofreció fuego al otro miembro del dúo. Finalmente, guardó la máquina de prender cigarrillos.

Aspiró hondo y dejó salir el humo poco a poco, carraspeando por el dolor que le producía fumar en la herida del costado. Aun así, lo hizo dos veces más, mientras ponía en orden sus pensamientos.

Ese hijoputa de Daruu... —masculló entre dientes—. Tendrías que haberle visto, estaba enajenado. Jodidamente enajenado. ¿Te puedes creer que intentó apuñalarme con una hoja oculta delante de Hanabi-sama? No sé ni cómo demonios ha salido vivo de esta.

Luego fumó otra vez.

Buena técnica, por cierto —agregó luego, soltando una carcajada seca—. Esa con la que te fumaste una maldita Bijuudama.
Diálogo - «Pensamiento» - Narración

Mangekyō utilizado por última vez: Flama, Verano de 220

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